Países en Europa dejan de utilizar una de las vacunas contra el COVID por posible vínculo con coágulos. Luego, la Unión Europea declara la susodicha vacuna segura. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿es segura o no la vacuna?
En este artículo no voy a discutir sobre la seguridad de las vacunas contra la COVID-19, utilizaré esta discusión como un ejemplo para presentar el mensaje que quiero compartir: la forma de interpretar información científica que puede tener un efecto en nuestras vidas.
Comencemos por qué es la ciencia: la definición dada a este término en el Diccionario de la Real Academia Española es «Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente.» Esta definición es acertada pero incompleta: una parte vital de la ciencia es el llamado método científico que es cómo la ciencia se hace.
René Descartes, en su obra clásica «El discurso del método» dice: «El primer [paso] es no tomar nada por cierto» y «evitar cuidadosamente la precipitación», en una palabra, ser escéptico. Más que un paso del método científico, esta es una condición no solo para ejecutar el método científico sobre alguna cuestión, sino también para entender adecuadamente temas científicos, sobre todo aquellos que pueden tener un impacto sobre nuestras vidas, como el de las vacunas.
El método científico moderno, tal como se ejecuta en las universidades y centros de investigación alrededor del mundo, comienza con un investigador, que es alguien que muchas veces ha dedicado o quiere dedicar su vida a un tema que le interesa, proponiendo una hipótesis; luego se tiene que ejecutar un estudio del estado del arte que no es más que averiguar lo que se ha hecho en ese tema y cómo ha sido tratado para determinar si la hipótesis es original; luego el investigador ejecutará su trabajo de investigación propio haciendo experimentos para conseguir datos u otras formas de análisis que le permitan validar o invalidar la hipótesis; después el investigador escribirá una publicación (artículo o tesis) que será sometido a un comité de expertos, ya sea de un periódico científico o de una universidad si se trata de una defensa de tesis, en donde será analizado rigurosamente. Estos expertos investigadores del mismo perfil con mucha experiencia en el tema. Si estos revisores consideran que el artículo es de valor, será publicado. Sino, el investigador tendrá que trabajar más para lograrlo.
Cuando el artículo o tesis ha sido publicado, no significa que se vuelva ley científica de inmediato. Sino simplemente estará abierto para otros investigadores que podrán utilizarlo como referencia, ya sea para apoyar sus propios trabajos en él o, incluso, para invalidar las conclusiones alcanzadas por el investigador original. Es así como la ciencia avanza, permitiendo alcanzar nuevos hitos en todas las disciplinas del saber de la humanidad. Los investigadores, cuyo trabajo es afirmado una y otra vez por otros investigadores, van ganando prestigio, o sea, credibilidad. Un excelente ejemplo es Albert Einstein cuyas hipótesis, a pesar de establecer modelos extremos del universo, han sido confirmadas una y otra vez por medio de la verificación de ellas mismas así como de predicciones emanadas de ellas. En pocas palabras, en ciencia cuenta mucho quién escribe.
¿Porqué es importante saber esto hoy en día? Volvamos al ejemplo de las vacunas: la primera referencia, con la que abro esta publicación, es un artículo de CNN. Intentemos, entonces, seguir la primera condición mencionada por Descartes: ser escéptico. Comencemos, entonces por ver quién es el que nos está poniendo en alerta sobre las vacunas: Antonia Mortensen, Schams Elwazer y Arnaud Siad. Analicemos, como ejemplo, a la Sra. Mortensen, quien es la primera firmante del artículo. Según su página en CNN es «Una productora de campo galardonada [...]. Su papel la ha llevado a viajar por todo el mundo, cubriendo [...] los ataques de París y Bruselas y la crisis migratoria» y otros temas más.
En conclusión, la Sra. Mortensen, es una periodista reconocida que ha cubierto una gran cantidad de temas, seguramente investigando un tema hasta poder sacar el o los artículos relacionados. Pero la pregunta es, en un tema como las vacunas, ¿será ella una experta? ¿O será experta en temas de salud pública? Su artículo, ¿sobreviviría el escrutinio de un panel de expertos compuesto, por ejemplo, por epidemiólogos de la Organización Mundial de la salud? Esas son algunas de las preguntas que tiene que hacerse al leer artículos sobre ciencia. Otras pueden ser ¿Cuáles son sus fuentes? (en artículos científicos serios las fuentes son listadas de forma rigurosa) ¿Quién la financia?
Comparemos ahora la fuente en el segundo artículo: en ella citan a la Sra. Emer Cooke, la directora de la Agencia Europea de Medicamentos. En la página que la describe se puede ver que ella tiene un grado en Farmacia y que ha trabajado en temas de regulaciones farmacéuticas por al menos 12 años. Eso sin tomar en cuenta el equipo de investigadores que debe de tener bajo sus órdenes. Si se compara el nivel de experiencia en cuestiones de salud pública de la Sra. Cooke con el de un reportero profesional, como la Sra. Mortensen, ¿Qué opinión le merece más confianza? O compare usted la opinión de la señora Cooke con con alguien que hizo un vídeo de 20 segundos en Facebook. Piénselo así: si a usted le duele una muela, se va a ir a ver a un dentista, no a un mecánico que, por tener en su taller un alicate podría sacarle la muela no significa que sea un experto extractor de piezas dentales.
Otra variable que podría tomar en cuenta es de dónde vino la información de los coágulos. Empezó en Dinamarca y Noruega para luego pasar muy rápido a Francia. Pero ¿porqué? Este artículo y el anterior los he escrito en parte porque el escepticismo por las vacunas es creciente estos últimos años, particularmente en Europa. Las vacunas se han estado aplicando intensivamente en Estados Unidos y otros países sin embargo fue en Europa donde se constataron esos posibles efectos. ¿Coincidencia o consecuencia del escepticismo de los europeos con las vacunas? La misma Sra. Mortensen y sus asociados dicen en su artículo que «La EMA [...] señaló que la cantidad de coágulos de sangre observados en los receptores de la vacuna no fue mayor que la tasa entre las personas que no habían recibido la inyección en Europa.»
Yo no me atreveré aquí a decirle si la vacuna del COVID es segura o no. Lo que sí me permito aconsejarle es que si tiene dudas, sobre las vacunas, por favor no consulte redes sociales o medios sensacionalistas. Consúltelo mejor con su médico de confianza, alguien que ha dedicado su vida a tratar la la salud de las personas. Y si después le quedan aun dudas, no tenga miedo de consultar más de un médico (panel de expertos, ¿recuerda?).
En general, el mensaje que quiero transmitir es que, a la hora de analizar temas científicos, hay que hacerlo con una mente crítica. No se deje llevar por lo primero que va a encontrar en un artículo de prensa, en un noticiero o en un post anónimo de Facebook o Twitter. Busque fuentes serias, verifique quién le habla o escribe, porqué esa persona puede estarle diciendo eso, compare varias opiniones calificadas y saque sus propias conclusiones. En el mundo hiperinformado en el que vivimos hoy día, la habilidad para discernir la verdad de las mentiras es fundamental para tomar decisiones que pueden ser, incluso, de vida o de muerte para nosotros mismos o para nuestros seres queridos.
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